TODOS LOS GATOS SON PARDOS

 

 (Xavier Patricio Pérez)
Circulaba por la noche en su coche un ciudadano
proveniente de una fiesta súper de ambiente mundano
aturdido por la juerga, aplastado en el asiento
se marchaba computado a su casa a descansar.

De repente y por sorpresa una gente uniformada
le ordenó que detuviese su vehículo en un lado:
el control daba con todo, se buscaba a unos maleantes
que habían dado un serio golpe junto allí minutos antes.

A las tres de la mañana nadie cree ni una palabra
a un sujeto divertido en un coche destartalado.
«Aquí hay gato encerrado» dijo el más inteligente;
«tenemos que averiguar quién es usted y en dónde ha estado».

Ese mes y en esos días los vecinos reclamaban
un despliegue policial superior al habitual.
Mil atracos y secuestros, registros y redadas,
la ciudad era un infierno, que había perdido la calma.

Si hubiera sido de día habría pasado de largo
pero, señores, era de noche y todos los gatos son pardos,
todos los gatos son pardos, todos los gatos son pardos.

Dos días en comisaría esposado a un homicida
«simple trámite y perdone las molestias de antemano...»
[coro:]todos los gatos son pardos, todos los gatos son pardos...

(No hubo delito ni hubo pruebas, ni juez que los condenara
sólo unos tipos en la noche con pinta un poco rara.

Si hubiera sido de día...)